“Cuenta el amigo Rufus con una voz excelente. Muy simpático el tipo, nos ha felicitado por la legalización del matrimonio gay, añadiendo que no le había extrañado que ya hubiera saltado “Benedict the… fucker”. Ha dicho que igual es un buen tipo, que él normalmente no juzga el libro por la portada, pero que con un papa es difícil equivocarse.”
“El momento estelar ha sido el primer bis (¿se llama bis verdad? A estas horas dudo…). A media canción Wainwright se ha quitado la americana, y después la camisa, revelando una especie de camiseta negra cortada por delante. Después se ha bajado los pantalones y se ha puesto unas alitas. Y ahí estaba el chaval, en tanga semibajado, vestido de hada.” Bueno, esta era la pinta de Wainwright vestido de “hada” (qué concepto más raro tienes de las hadas, Dani) en Barcelona:
Copy de la foto: Popium. http://www.fotolog.com/popium
Envidio a Dani por muchas cosas, casi por tantas como le quiero, pero el amor y el odio que siento por este maldito veinteañero que se está apurando la juventud a tragos sin ni siquiera probar el alcohol convergen en este hombre:
Le envidio por haberle visto sin casi conocerle, que no hay nada mejor que disfrutar un concierto sin saber nada del que lo da, viviendo por primera vez la experiencia de escucharlo, descubriendo cada una de sus canciones, enamorándote de su ritmo, y soñando con llegar a casa para poder tenerlo todo y empaparte bien de su música. Y le quiero por darlo a conocer, en ese gesto de generosidad ególatra que es contarle a los demás que has descubierto ese cantante al que no puedes ponerle un pero. Curiosamente todos le habíamos escuchado antes, porque el que más y el que menos tenía oída (en mi caso hasta la saciedad) la B.S.O de Moulin Rouge, y por tanto ha escuchado Complainte de la Butte, pero aunque la canción me encantaba, no conocía a su intérprete.
La música de Rufus Wainwright llegó a mi vida en un momento muy especial, pero también muy difícil. Llegó cuando estaba reencontrándome conmigo misma, con mi familia, con mis amigos y con mi ciudad, después de seis años maravillosos, pero con un final no tan maravilloso. Apenas me había incorporado a un trabajo nuevo, y apenas empezaba a aprender lo que era vivir sola. Estaba asustada, como cada vez que empiezo un trabajo nuevo, estaba triste, como cuando pierdes algo que has querido mucho, y estaba absolutamente perdida. Y lo que es peor, estaba encerrada en mí misma.
Seguí encerrada mucho tiempo, pero esa música me acompañó en la soledad voluntaria que elegí, en esas tardes en casa, evitando las llamadas y rechazando las manos tendidas de mis amigos, de mis hermanos, de mi cuñada y hasta de mis sobrinas.
Recuerdo perfectamente el primer día que le presté atención a Rufus Wainwright. Sería principios de mayo, y ya hacía muy buen tiempo, como esta noche en Madrid, en la que un termómetro marcaba 24 grados a las diez menos cuarto. Salí de casa con el i-river que me regaló Antonio (Gracias de nuevo; por el i-river, por el i-pod, y bueno, por más cosas… ), y con muchos temas de RW dentro de ese pequeño reproductor. Ya llevaba un par de días escuchando algunas canciones de “Poses”. Me encantaba “California” y “Cigarrettes and chocolate milk”. Por cierto, que este verano no me pude resistir y probé el “chocolate milk" en uno de los famosos diner de Nueva York.
Ese día salí de casa y cogí el 20 camino a mi trabajo. Imagino que fui escuchando el Poses, y al acabar, comenzó el Want one. Supongo que me impresionó “Oh, what a World”, por lo original de su propuesta, una versión pop del bolero de Ravel. Entonces comenzó “I don´t know what it is”. El 20 atravesaba Menéndez Pelayo y el día estaba un poco nublado. Puse atención a la canción, con la cabeza apoyada en la ventana, viendo pasar las rejas, las puertas, los árboles y los columpios del Retiro. Dejando atrás a viandantes que esperaban para darle el paseo matinal al perro y a los corredores de footing. Seguí la voz susurrante de Rufus, que enlaza una sílaba con otra, casi sin respirar, alargando las palabras. Sentí introducirse poco a poco los coros, los violines, la sección de viento… y sentí como esa canción iba creciendo. Desde el estómago a la garganta, desde el pecho a los lagrimales. Para cuando llega a “I was hoping the train was my big number…”, el autobús doblaba Menéndez Pelayo y cogía O´Donnell, y yo lloraba como una descosida, absolutamente embriagada por ese tema que escuché casi cada día durante meses. Tras ese vinieron muchos más, porque lo bueno que tiene llegar tarde a todo es que cuando llegas, tienes mucho por descubrir. Fueron meses de gozo musical permanente. “Go or go ahead”, “14th street”, “The art teacher”, “Dinner at eight”, “the one you love”, “Beauty mark”, “The consort”, “Matinee idol”, “Little sister”… Meses muy difíciles, sí, pero seguro que menos de lo que hubieran sido sin esa música.
Ya he hablado muchas veces de Rufus Wainwright en este blog. Y en mi fotolog. Y en los mails. Y en tantas y tantas conversaciones. He conseguido hacer nuevos rufusófilos y por lo "bajini" he criticado a los que no les ha gustado y han tenido la desfachatez de decírmelo. He estado en cuatro conciertos y asistiré al quinto este verano. Me he lamentado por no poder verle tres veces, la tercera de ellas hace tan solo unos minutos. Es probable que muchos de mis amigos no hayan llegado hasta aquí porque habrán visto la foto y habrán pensado: “Ya está otra vez Silvia con ese pesado de Rufus “Güeinsfoins””. Y tendrán razón, como siempre. Pero qué le vamos a hacer, yo tiendo a la pesadez, al cansinismo y a la repetición. Así que volveré a decir que, aunque parezca hortera, aunque esté rebajándome a los más ínfimos niveles de la fan insoportable, “cuando escuchas a Rufus Wainwright te cambia la vida”. Llevo ya unas horas escuchando “Release the Stars”, su quinto disco.
Lo hago a la vez que escribo, sintiéndome atrapada de nuevo, sabiendo que descuidaré mis deberes. Que mañana iré al concierto de Joan as a police woman sin repasar sus temas. Que iré al de Bloc party sin repasar los suyos. Que llegará el Summercase y el FIB y todavía andaré descolocada, descubriendo nuevos sonidos, leyendo letras que a veces me son inexplicables y sintiendo que ha vuelto a cambiarme la vida. Para mejor, claro. Siempre para mejor.
17 comentarios:
BWAHAHAHAHAHAHAHAHA
Que pedazo nivel de mesianismo, por el amor de Dios!!!
bueeeno, ya veo la razón de esas horas intempestivas... Ya tengo ganas de escuchar release the stars, pero espero que no me sea tan convulso como me fue con poses o want one. Me reconozco en muchas de las sensaciones que describes, que aquellos eran meses convulsos. Y pocas compañías tan estupendas para un concierto recuerdo como la que tuve en el teatro donde se representaba vicot o victoria (and i love it!). Santo dios, vaya día nostálgicosentimentaltragicómico que llevo, QUE NO ME HAGA CASO NADIE HOY!!!
besitos above your shoulders
Ya sabes que me sigue pareciendo una boutade o una exageración propia de anuncio de televisión eso de decir que “cuando escuchas a Rufus Wainwright te cambia la vida”.
Yo creo que la vida te la cambian cosas más grandes. Aún así, sí que es cierto que descubrir (o que te descubran, como ha sido mi caso) algo bello (novela, película, canción,...) hace tu vida un poco mejor.
Así que gracias por mejorar la mía presentándome a Rufus y convertile en parte de la banda sonora de mi vida.
P.D.: Por cierto, cuidado con las recomendaciones de Silvia, que crean adicción entre quienes las tenemos en cuenta. Yo, de no conocer a Rufus pasé en dos meses a utilizar su "Oh, what a world" como marcha nupcial de mi boda (y pienso como él que sería un maravilloso titular "La vida es hermosa" en el New York Times).
1. Roedor, ya te dije que este post no te iba a gustar, pelmazo!
2.Monty, qué mal día y qué maravilloso concierto! Algún día nos sacaremos la espinita del que nos perdimos en NY, ya lo verás. Saldremos de nuestra habitación doble (aunque con camas separadas, no te asustes) de la residencia y nos iremos a ver a Rufus muy lejos.
3. Gafulis, a cada uno le cambia la vida lo que tiene a mano, no me vuelvas a echar el sermón de los hijos. Y sí, además de la marcha nupcial al ritmo del Oh what a world, ahora llevas el "Cachín" en el móvil.
tengo una tarde muy complicada y comprometida, pero espero arrancar cinco minutos en casa para oir go or go ahead. Tengo que hacerlo hoy, creo. Esa canción es sublime, y no me cambió la vida, pero creo (vanidosamente) que su lucidez se incorporó a mi ser. A qué nivel la pongo? Al de dorian gray? Al del yago de othello?? Se puede ser más intelectual y sin embargo estar más apegado a un corazón desbocado??? Gafulis, no es una boutade en el sentido habitual. Quiero decir, la vida misma es una boutade, así que...
gafap wannabee: fue un día de metereología horrenda, sí. Nunca había visto madrid bajo semejante dcapa de lluvia constante. Pero no ayuda eso a verlo con mayor nostalgia? No decía woody en radio days que de niño no llovía todos los días pero que así le gustaba recordarlo más porque le parecía más entrañable? Vale, entrañable es una palabra ñoña, pero ya vamos para viejos (yo por lo menos), ya puedo hablar como si tuviera nietos aunque no tenga ni canas, ja.
besitos en mi movie of myself
El tipo que llevas un par de días recomendándome es ese de las alitas, los calcetines de abeja maya y la banda de miss? Por favor!
Yo no conocia a Rufus hasta hoy (perdonen ustedes mi ignoracia) pero gracias al post de Ilse voy a ponerle remedio YA.
Gracias por las palabras bonitas :$ (aquí debería salir aquél muñeco sonrojado, esto de no comunicarme por el messenger no se me da bien).
Yo a ver si este fin de semana, cuando se calmen las cosas, me pongo a escuchar en serio el cd de Rufus. Hasta ahora he escuchado una y otra vez Sanssouci y Between My Legs, pero esas ya sabía que me gustarían porque me encantaban en directo.
Ya me contarás qué tal ha ido el concierto de Joan As Police Woman. Yo la relaciono instantáneamente con dos cosas eestupendas. Una, el propio Rufus, porque fue telonera de él la primera vez que lo ví. Llegué justo al empezar Wainwright y me la perdí, pero salió con él tocando la guitarra y el violín. Además cuando él se vistió de hada (sí, qué pasa?!), ella y una rubia se quedaron en ropa interior, detalle que fue muy de agradecer en ese ambiente fuertemente homosexual. La segunda cosa es Nueva York, ya que la chica tocó gratis no sé si antes de la proyección al aire libre de Tarzán o de El fantasma de la ópera, en Prospect Park, en Brooklyn.
Un besito.
Qué guarra eres! Si miras los archivos de yahoogroups verás que el primero que habló bien de Rufus fui yo!
Pero es que además fuiste tú quien me contestó y dijo "tengo que ponerlo en la mula ya!".
Al césar lo que es del césar: a Rufus os lo descubrí yo.
Pero tu no supiste ser lo suficientemente convincente, está claro!
I win!!!
¿"Probar" el chocolate milk? ¿Pero eso no es simplemente leche con cola-cao o similar?
Éste es el post que me faltaba... :) Y pensar que tú y yo nos conocemos gracias a un par de fondos de pantalla de Rufus...
Pues yo sólo conocía a Rufus de la bso de moulin rouge, y ahora de las canciones aquí amablemente colgadas, así que le voy a dar una oportunidad,porque entre el post y que no suena mal merece la pena.
Y, por cierto, que sepáis que me deprimís terriblemente, porque me encanta la música pero no tengo nunca ni idea de qué grupos habláis (menos los rolling, claro). En fin, os agradezco que me pongáis al día ;D
Arwen, si lo escuchas, te engancharás...
Te lo digo yo...
Y otra recomendación: Jeff Buckley.
Y otra, una canción: High & Dry, de Radiohead (versiones: la propia, la de Jamie Cullum, la de BuenaVista Social Club, la de Jorge Drexler).
Se la regalé a un compañero de trabajo por su cumpleaños, con un texto y él me regaló un beso inesperado.
Conocía a Rufus sobre todo por su estupenda versión del Hallelujah de Cohen pero no sé cómo se titula esa canción del vídeo que pones en el post y que me ha dejado maravilllado..¿podrías decirme su título?...gracias por descubrírmela!!
Tia troncaa, que sepas que escribes demasiado bien y te estás pasando ya.
Como fundadora del Club Popo, y dolida por la ausencia de tu maravilloso carné en tu poder, quiero que quede claro que como siempre es culpa de Daniel. Me dice que ya te lo daré en mano porqué te vendrás por Barcelona pronto. Es un poco cortico pero no tenías que compadecerte de él diciendo que le envidias porqué todo el mundo sabe que es un ser odioso y baboso.
Aún así espero que lo de tu visita sea verdad y pronto; y podamos vernos las caras!!
Besitoss
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