17.7.06

Summercase

Music kills me. Este es el título de un disco de Rinôçérôse, pero además es lo que acabará pasando conmigo si no me calmo. Ya me lo ha dicho hoy mi madre, en uno de sus comentarios antológicos que algún día recopilaré en un libro: “Hija, estás que parece que tienes la edad del pavo”. Menos mal que voy aprendiendo a no hacer caso de las cosas que me dice mi madre, al menos no a las que van envenenadas, como esos dardos que algunas tribus metían en las cerbatanas y lanzaban con la boca, como ella.

Bueno, que me lío. ¿A qué venía esto de que la música me mata? Sí, efectivamente, a la agenda de conciertos. Este fin de semana ha sido el summercase, con buen resultado a todos los niveles, incluido mi maltratado cuerpo. Dos días de conciertos en los que he disfrutado como una quinceañera el primer día que le dejan volver tarde (igual viene por eso lo de la edad del pavo materna). Diferentes estilos, diferentes épocas, todo lo visto me ha gustado.

El viernes llegué casi asustada, dudando de mi capacidad de aguante ante lo que se avecinaba. ¡¡27 conciertos diferentes en un solo día!! Menos mal que llevaba toda la semana elaborando un planning más minucioso que una figura hecha de fichas de dominó. Lo cumplí casi al milímetro. Por mis ojos, mis orejas, mis pies y mi dolorida espalda (no está el cuerpo para tanta juerga) pasaron “The concretes”, uno de estos grupos suecos buenrolleros, a los que da gusto ver, y que dan el aspecto de gente sana y moderna, que saben inglés desde niños y que se estrenaron antes de la media española. “The dandy Warhols”, casi de forma testimonial, porque solo llegué a ver un par de canciones. “The divine comedy” y Rufus Wainwright, que merecen post aparte. “New order”, que son la fuerza de los supervivientes, y que te transportan a épocas donde la música para bailar era tremendamente buena y además le gustaba a todo el mundo. “Primal scream” y “Keane”, que tienen mejor directo que estudio, y de los que sigo pensando que tienen dinero suficiente para contratar un guitarra y no hacer la cutrería de pregrabar sonidos estúpidos. Acabé la noche con “Razorlight”, un grupo muy majete, muy cañero, y con un cantante que se parece a Leiff Garrett en sus buenos tiempos, pantalón blanco ajustado incluido.

El sábado fue tan bueno o mejor. Se intuía cansancio, así que todos llegamos un poquito más tarde, y además ya no veníamos del trabajo, así que se notaba a la gente recién duchada, vestida para la ocasión, ahora que todos habíamos sufrido las piedrecitas del suelo, y bien avituallados con la botellita de agua, porque se dice pronto, pero una servidora pasó entre sábado y domingo unas 18 horas y jamás visitó los aseos, tal era el grado de deshidratación.

De nuevo el encaje de bolillos para llegar a todos los conciertos y, además, pillar buenos sitios. Esta vez disfruté de “Dirty pretty things”, la mitad de los extintos libertines, que están bien, son frescos y además tuvieron público del ramo, uno de los guitarras de Belle and Sebastián, que estaba muy cerca de donde me encontraba, y que me llamó la atención porque iba todo trajeado, con la que estaba cayendo. Después llegó Adam Green, en un estado ciertamente lamentable, aunque hizo que el concierto se convirtiera en una fiesta. Belle and Sebastián, unos temitas de super furry animals, y después el achicharre más absoluto en una carpa, mientras disfrutaba de Sigur Rós y el concierto del día, Máxïmo park. A pesar de conseguir la ansiada primera fila, que además de buena visibilidad permite agarrase a la valla y descansar, era demasiada juerga para luego aguantar la marabunta y el jaleo de Fatboy slim, así que a las 03.30 emprendimos el camino de vuelta.

Al final, balance más que positivo. Tuve tiempo de ver casi todo lo que me interesaba, aunque eso significara no cenar el primer día y comerme un bocadillo rápido el segundo. De mandar tantos mensajes de móvil que seguramente en Movistar estarán pensando en convertirme en cliente del mes. Unos de logística, otros de crónica festivalera que se cruzaban con los que llegaban de otros asistentes del summercase barcelonés o del Bilbao Live festival, y alguno para dar envidia cochina, escritos con tan mala uva que sus destinatarios me han deseado una eternidad en el infierno. También saqué un momento para felicitar a un catalán que cumplía años (no demasiados, por más que él sea un coqueto y lleve meses mirándose cada día las patas de gallo y contando las canas que ya empieza a peinar) y que trataba de disimular su envidia por no poder ver a Rufus, contraatacando vía mensaje.

Ojalá haya un Summercase 2007, y ojalá haya un poco de mejor trato en los medios informativos, porque todos se acreditan, (cuánto le cuesta pagar entradas a los periodistas, qué santo morro tienen) pero pocos informan. Mención para EFE, que dice en El País y ABC: “A primera hora de la noche, el directo de un caótico Adam Green apenas sedujo a un centenar de asistentes, aunque el cantante repitió la jugada del día anterior en Barcelona e invitó a cantar a dos de sus admiradoras la última de sus canciones, dedicada a Nat King Cole”. Lo primero, “caótico” no es un sinónimo de “borracho”, y además, según mis informadores en Barcelona, no hubo ninguna invitación a chicas, aunque sí en Madrid, y finalmente no cantó la canción dedicada a Nat King Cole, sino “Dance with me”. En La Vanguardia, y también según EFE, cuentan que Rufus Wainwright invitó a su hermana Martha al escenario, aunque fuera otra hermana, Lucy. Tampoco los de El Mundo se han matado. Firma un tal H. Llanos y EFE, que hace una crónica que podría haber escrito cualquiera sin estar allí, que digo yo, que para copiar la crónica de EFE, que no acrediten a nadie.

Dos días llenos de música, de una interesante colección de ejemplares modernos sacados de las páginas del Vanidad, de mucho popero apetecible y del gustazo de disfrutar del talento ajeno. De recuerdo, muchas fotos, la funda de la cámara y una tarjeta de memoria perdidas y la pulserita identificativa que me pienso dejar hasta el próximo festival, o sea, el viernes que viene. ¡Dios mío, music no sólo kills me, is gonna kill me!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero, por mal que te pese, parece que estas en la edad del pavo.

Ilse dijo...

La verdad, querido Goio, tengo suficiente con una madre... :b

Anónimo dijo...

Pues me habras visto a mi cara de querer tener una hija, nos ha jodio!

Anónimo dijo...

Páselo usted muy bien en el fib, y lo de la edad del pavo tómeselo como un piropo.

A los viejunos, con o sin acreditación, que se meten con los grupos y se quejan de todo no les haga ni caso.

adri dijo...

Yo no fuí, no me apetecia pegarme la superpaliza. Aunque leyendo tu crítica me he enterado de como fue Madrid. No me gusta maximo Park y no sé porque no mencionas a Massive Attack, según mis colegas a n t o l ó g i c o, yo los adoro. De hecho javi, estuvo varios días que no dejaba de suspirar y de hablar de ese concierto.

Besos

Anónimo dijo...

H. Llanos (Héctor Llanos) y EFE es lo mismo en todos los casos. Vamos, que todas esas desinformaciones las ha escrito la misma persona.

Está visto que tienen gente cualificada estos de EFE.